martes, 6 de septiembre de 2011

Pintura al fresco. O algo asín.

 Yo tenía la casa pintada en un tono piedra, y el arco que separa la cocina del pasillo (en tiempos hubo una puerta, pero estorbaba muchísimo y mi cuñao me puso un arco) estaba adornado con una cenefa vegetal estarcida en el mismo color. Al cambiar el color de las paredes a un gris pálido, he tenido que cambiar también la cenefa. Empecé por lijar, dar masilla en las grietas que habían aparecido en el arco, volver a lijar y pintar de blanco. Yo paso por delante de la fábrica de aguaplast y salen los trabajadores a hacerme la ola.


El siguiente paso es centrar la plantilla de estarcido en el arco. Se supone que es autoadhesiva, pero a estas alturas de la feria tengo que sujetarla con cinta de pintor. 


Con un pincel para estarcido (son bastante baratitos y dan mejor resultado que un pincel normal, creedme, no seais roñas y compraros uno) relleno la plantilla. No pasa nada si no me queda perfecta, porque busco un aspecto envejecido.


Una vez completada la plantilla y pintado el arco completo, me queda una cosa así. Los bordes son irregulares porque la plantilla no se adhería muy bien y la pintura ha rebosado un poco por los bordes, pero en este caso no tiene importancia. El color ha quedado muy sólido, que no es lo que yo busco, así que ahora lo tengo que corregir.


Pero no hay nada que temer si tienes un trozo hermoso de lija gruesa. Nada se le resiste, y mucho menos un poquito de simple pintura plástica. La pobre no tiene nada que hacer. Uso la lija para desdibujar los bordes del estarcido y descargar el centro del dibujo, de tal forma que adquiere un aspecto envejecido.


 Una vez he lijado todo el arco, tiene un aspecto antiguo muy agradable, y ahora el tono del estarcido es el mismo que el del resto de las paredes. ¿Os gusta? A mi me encanta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario