domingo, 26 de agosto de 2012

El palizón del año

 Pues llevo un siglo sin postear en el blog porque me he pegado el palizón del año. Llevo casi todo el mes de agosto, entre planificar lo que iba a hacer y hacerlo en los ratos libres que me deja el trabajo, liada cual pata de romano. Yo solita. Sin que me líe nadie. Me lío yo solita. 

Pero es que no podía ser. Mi habitación de estudio se había convertido en un trastero en el que no se podía apenas pasar, mucho menos trabajar adecuadamente. Me pasaba más tiempo organizando las cosas y buscando los materiales que trabajando, así que me planteé una reorganización salvaje que me permitiera trabajar mejor.

Mi problema es que en esta habitación tenía: el ordenador (con todas sus chuches), material de pintura (acrílicos, acuarelas, papeles variados, lápices de colores...), material de tatuaje, las dos máquinas de coser, material variado de costura y un millón de telas. Y las telas que no cabían en el estudio estaban en cajas en mi dormitorio. Pero ¿cuál es mi principal actividad actualmente? La costura. Tatúo muy de vez en cuando y es raro que saque los acrílicos. Así que he sido radical: la pintura y las cosas de tatuar se han ido del estudio y se han almacenado de forma adecuada en cajas en el dormitorio, y las telas se han venido al estudio que es donde las necesito.

Con la inestimable colaboración de Ikea, que tenía cajas grandes a 99Ç/ 2 ud., una lata de pintura (empecé a pintar esta habitación el verano pasado y a medias me rilé) y el saco de la paciencia todo lo lleno que yo lo puedo tener, me metí al lío. Tenía tres días libres a mitad del mes y pensé "en esos tres días lo termino". Ja. Ja y rejá. Teniendo en cuenta que estoy muy hipotiroidea (no tengo tiroides y tomo un suplemento hormonal) y eso me hace cansarme sólo con mirar la habitación, no lo he hecho tan mal, pero es algo que debería haber tenido en cuenta a la hora de meterme en este follón. Viendo el resultado creo que ha merecido la pena:

 Una vista general del estudio.


 La zona de costura. Antes tenía una balda y dos barras de cocina con ganchos de las que lo colgaba todo. Un desastre. Lo he cambiado por este tablero de herramientas de Leroy Merlin. Es de DM y lo he pintado en un tono agua, similar a la combinación de colores del salón. 


Las cajas de Ikea me han venido de perlas. Y las medidas, perfectas. Parece que lo hayan hecho a propósito. Están en una balda sobre la puerta del estudio.

 "Keep calm and sew on"- Mantén la calma y sigue cosiendo. Curiosamente, en el mismo tono que había escogido para el tablero. No está mal recordar que hay que mantener la cabeza fría.



 La zona del ordenador. He pintado el tablero de corcho que tenía igual que el tablero de herramientas. Debajo de la encimera he añadido una estantería de Ikea (¡como no!) que alberga la impresora, la torre, la cámara de fotos cuando no la uso y algunos archivadores. Es lo bastante estrecha para no dejarme las rodillas (también yo soy recortaíta) pero ofrece suficiente espacio de almacenaje.




En la columna que hay entre la zona de costura y la del pc no me he podido resistir a poner mi botón gigante y una postal vintage de "Hoja Palmera: nunca me quedaría sin estas tijeras". Y es cierto, mis tijeras de costura favoritas son Palmera.


 La habitación tiene un armario empotrado gigante, con dos enormes puertas de espejo (¡¡arrrgghhh!!) que estorba horrores y no me facilita para nada el almacenaje. Ya tenía las dos cajoneras que albergaban pinturas y material de tatuaje, y que ahora están repletas de telas. Unas cuantas cajas y un récord de tetris más tarde, parece casi hasta ordenado.

Por último, como mi reloj con botones había muerto (cascó la maquinaria) he tenido que comprar otro. Por suerte, en La Oca me han hecho feliz por el módico precio de 10 €. Es un poco cursi, pero ¿no es precioso?

Ha sido un palizón de aúpa estos días, pero ha merecido la pena. Ahora me puedo poner a coser teniendo todo el material a mano y espacio suficiente para moverme. No sólo tengo varios encargos, sino que tengo pendiente un oso. Ya os los enseñaré. ¡Feliz vuelta al cole para tod@s!

domingo, 12 de agosto de 2012

¡Prueba conseguida!

 Como ya he entregado el regalo a su dueño, ahora os puedo desvelar a qué corresponde esta matrícula. Es una foto de una Lambretta.


Pero no es una foto cualquiera. Es una foto estampada en tela. Una tela que se merece todos los calificativos admirativos que se os ocurran. Si yo fuera guiri, diría cool, vintage, amazing... Pero para no aburrir, os diré simplemente que me tiene enamorada.



 ¿Qué hacer con una tela así? Un bolso de bandolera para chico, aunque creo que cualquier chica estaría encantada de usarlo como bolso de diario. 

 

La solapa delantera cierra con dos botones grises. Mi obsesión por rebuscar botones en los chinos da sus frutos.


Debajo de esa solapa, dos grandes bolsillos en el frontal. La tela del exterior del bolso es una tela de tapicería con relieve. Aguantará el trote y se puede lavar sin problemas.




Un cierre con cremallera para evitar gentes de largas manos que a veces comparten el transporte público con nosotros.


La cinta de bandolera tiene ojales y el largo se ajusta con botones.


En el interior, un montón de bolsillos como a mi me gusta. Es súper práctico, y una vez que pruebas un bolso así no quieres otro.


 Por último, un detalle de la tela de forro: una pata de gallo tan diminuta que incluso a mi, que aborrezco la pata de gallo, me encanta. 


 El bolso tiene el tamaño suficiente como para llevar una tablet grandecita sin problemas, pero no es tan grande como para ser molesto o pesar demasiado si lo llenas. Su dueño estaba muy contento. Y yo más todavía.

sábado, 11 de agosto de 2012

Trabajo, trabajo...

... montones y montones de trabajo. Por eso no he posteado últimamente. Y más trabajo aún me espera, pero sarna con gusto no pica. 

A mediados de julio me fui una semana con mi hermana, y estuve echando una mano con pinturas varias. Mi hermana me paseó por el mercadillo de Algeciras, donde encontré algunas telas muy bonitas, incluída la que se va a convertir en los nuevos visillos de mi salón. Y de regalo de despedida, me dio unas cajas y me dijo que escogiera....


 ¡Montones y montones de chuches de mercería! Ay, estas dos cajas son el paraíso. Había tanto que no sabía por dónde empezar. Cosas modernas, cosas vintage y cosas realmente antiguas. He intentado no arramblar con todo.


 ¿No son maravillosas? No sabía cúales elegir. Cuando llegué a casa tocó ordenar todo y buscarles un sitio adecuado donde no se estropearan y las tuviera bien al alcance de la mano. Las cajas pequeñas de Ikea para niños son ideales para los bieses y las cintas, apilables y de pequeño tamaño, adecuadas para los cajones. Y muy baratas.


 Cintas bordadas, puntillas, cintas de raso y de terciopelo, bieses, flecos, diminutas cintas de zig-zag, cintas brocadas...


 Una preciosa puntilla en color crema, ideal para... para... bueno, para algo será.


 Una cinta bordada. Quedaría preciosa en un camisón para una niña.


Una fina puntilla en crudo.


Y un pasacintas también en crema.


En estas semanas también he cambiado de sofá (y lo he tenido que montar yo), he dado un curso en Granada que me ha tenido una semana fuera de casa, he estado ocupada planeando la reorganización de mi estudio, que seguramente haré la semana que viene, y cosiendo un regalo de cumpleaños para un amigo. Lo he cosido a toda prisa porque sólo le voy a ver este fin de semana. Por supuesto, es el momento que ha escogido mi máquina de coser nueva para darme un sofoco. Al final no le pasaba nada. En estos casos, lo único que se puede hacer es:


El regalo para mi amigo tiene un detalle que yo se que a mi Inma le va a encantar. Y es que ya sabemos en la blogosfera la debilidad que tiene por la Ciudad Eterna...


Cuando se lo haya dado, lo colgaré para que lo veáis. Se que le va a gustar, así que espero que también le resulte práctico.