Ayer viernes, a eso de las diez de la noche, estaba delante de mi adorado ordenador con la intención de escribir pamplinas sobre mi barrio, mis vecinos, y lo malísimo que es que los niños estudien flauta. Pero entonces empezaron a llegar notificaciones en Twitter con los hashtag #Paris #TodosSomosParis #PrayForParis ... Me quedé sin palabras, sin inspiración y sin ganas de contaros mis tonterías.
Lo siento, pero hoy mi corazón está en el Sena.
Todos somos París.
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