Pues eso, que necesito botones para la mayoría de las cosas que hago, y los que tengo (y tengo varias cajas) no son suficientes, o no me encajan con el proyecto en cuestión. Así que después de ver la idea en algún blog- lo siento, no recuerdo en cual de todos...- y aprovechando que Beatriz y Ricardo me regalaron un kit completo de Fimo en Navidad, decidí hacer mis propios botones.
Por una vez, he horneado el Fimo sin sacar una masa de plástico requemado y apestoso del horno. Todo un avance, os lo aseguro. Y si consigo algún día una maquinilla de forrar botones, seré una mujer feliz. De momento, esos los seguiré comprando hechos. Nadie es perfecto.
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