Tenía un par de libretas bonitas pero un poco soseras y aburridas, con una encuadernación lisa. Y es que a las Moleskine les pasa lo que a las palomas rosas: vista una, vistas todas. ¿Solución? una etiqueta personalizada. Y con un recorte de esa maravillosa tela de tapicería con la que he hecho los organizadores de bolso y un trozo de cartulina, solución al canto. Sólo hay que imprimir en la cartulina nuestras iniciales, el título para la libreta o lo que nos de la gana. En la amarilla he pegado en la esquina un corazón adhesivo, que se supone que era para adornar un móvil (si le pones todas las pegatinas al móvil, en Navidad no tienes más que ponerlo en el centro del salón y te ahorras el árbol...). El borde de la cartulina lo he recortado con unas tijeras de zig-zag encontradas en el chin-chinín, y lo he pegado todo con cinta adhesiva de doble cara. ¿A que están bonitas?
(Como se me ha acabado la tinta de la impresora, yo he hecho las letras a mano. No os lo recomiendo, es un coñazo).
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