Si es que no se tarda nada.

No se tarda nada en hacer uno de estos vestiditos, con un patrón tan sencillo que incluso yo, que no se coser muy allá, puedo hacerlos y dejarlos monisísimos. Encontré la tela de lunares rosas, más tienna que el pan bimbo, y no me pude resistir a traerme medio metro. Además, también es un piqué, como los otros, de algodón fresco y fácil de lavar. 

Con un bies color frambuesa que ya tenía y la misma cinta plisada que lleva mi bolso, el vestido ha quedado hecho un primor. Esta vez lo he hecho cruzando los tirantes en la espalda. En el canesú delantero le he hecho unos ojales por los que pasa el tirante, que se ajusta con un simple nudo. Entre el canesú y el cuerpo lleva una puntilla de bolillo y un bies relleno de cordoncillo, y en el medio del canesú una flor rematada con un botón.

 El vestido.

 Detalle del tirante.

 Los pliegues del vestido van cosidos unos tres centímetros, para que el vuelo del vestido no salga tanto del pecho sino que quede un poco más ajustadito al cuerpo en la parte superior. 

 Y lo mismo lleva en la espalda. La tira de la espalda donde va cosido el botón es más larga que la otra, para poder mover el botón si se le queda algo estrecho, de tal manera que se pueda aprovechar el vestido más tiempo. La ratona a la que va destinado va a cumplir tres meses, así que he hecho este vestido algo más pequeño que los otros dos. Ahora sólo falta que le quede bien... y que le guste a su mami.