Ha sido una semana llena de curro, y también de movimiento. Me compré unas zapatillas de esas que tienen la suela curvada (no de las que prometen levantar el culo, que como me lo levanten más me voy a poder dejar el cubata. Culo de Pato Donald que tiene una) que se supone que alivian la espalda cuando andas. Pues tengo que decir que eso es verdad. Con estas zapatillas puedo andar horas (horas, chicas, literalmente) sin que me duela la espalda como si me hubieran dado un bocao. Qué alegría. Hoy he bajado desde mi casa al puerto, churreteando tiendas y vuelta a subir. Según Google Maps son unos diez kilómetros. Estoy cansada, pero no me duele ni la espalda ni los pies. Y además conseguí las zapatillas con un 50% de descuento, en mis colores favoritos: morado y negro.
Este es el modelo, aunque no los colores.
El sábado pasado estuve en Ikea con Tiki. Ella se enamoró de una tela de rayas de colores, muy alegre, y cogió un retal porque yo le prometí que le haría una bolsa de la playa con ella. Dicho y hecho:
Por dentro, como no, un montón de bolsillos, por un lado más profundos, para guardar la crema del sol, peine, un libro, la cartera... sin que se revolee todo por dentro de la bolsa que es lo que nos suele pasar. Me ha dado algo de guerra este Bilbo (más que nada porque es un bolsón*) ya que va entretelado con entretela de armar para que sea algo rígido y se quede más o menos tieso cuando lo dejemos en la arena.
También hoy he cortado y empezado a montar un vestido como el chiquitín azul turquesa y blanco que ya colgué hace poco, pero este es en fucsia y blanco, y todavía más pequeñito aún que el otro. No me he puesto con la costura porque me van a matar los vecinos, pero mañana ya se pueden ir preparando. Juas, juas.
*(Chistaco malo, malo).
Ese bolso está chulo hasta para llevarlo de normal (aunque un poco grande quizás pero bah, da igual XD).
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