Nuevo look para un marco

Hace ya un porrón de años, me regalaron este marco de fotos por mi cumpleaños. En ese momento me pareció precioso, pero con los años se ha quedado un tanto pasado ¿verdad? Es la hora de darle un lavado de cara.

Lo primero que tengo que hacer con mi marco es enmascarar las partes que no quiero pintar, claro. Este marco no se desmonta y no quiero pintar el cartón del fondo.
 

Una vez enmascarado y protegida la superficie de trabajo (con la ayuda del señor Mercadona, sí ya lo sé), es hora de que entre en acción uno de mis mejores amigos: el spray de pintura del chin-chinín. Felicidad en lata para el bricolaero inquieto por solo dos leuros.

Después de un par de capas de spray (dejando secar bien entre una y otra. Leed las instrucciones) obtuve esto:

 Pero me parecía un tanto soso, así que es la hora de agregar un poco de pátina. Con un pincel de cerdas duras y un poco de acrílico gris.

Antes de poner la pintura directamente en el marco, quito el exceso del pincel en un trozo de cartón. Así me aseguro de no pasarme.

 Una vez dado un poco de pintura, quito el exceso con un trapo. Quiero resaltar los relieves, no pintarlos de negro.

El siguiente paso incluye a otro buen amigo: el rotulador metalizado. En este caso, plateado. No os imagináis la de usos que se le pueden dar. Yo los uso para hacer etiquetas de regalo, para añadir detalles en oro y plata a álbumes de fotos, decorar un ventilador de techo... En el marco he dado toques de plata en la parte superior de los relieves.

 Aquí tenéis una vista más cercana.

Y este es el resultado final: el marco perfecto para una preciosa foto de mi hermana. Hermana, no me mates cuando lo veas.